domingo, 11 de septiembre de 2011

Black Album – 20 años de un disco inmortal



Hace un par de semanas se cumplieron 20 años de un disco que rompió esquemas, que abrió una puerta para que el metal fuera superventas y entrara a los oídos de la gente que desconocía los sonidos más densos de guitarras y para que una banda lograra el olimpo en audiencia y en seguidores (aunque a algunos no les guste). Sin duda hablo de Metallica y el disco homónimo del año 1991, conocido más por el seudónimo de “Black Album”.

Recuerdo muy bien ese año, cuando el single “Enter Sandman” salió en radios y TV con su video, rebentando los rankings. Mucha gente comentaba “¿Esta banda es nueva? Suenan muy bien” y sin sin fin de cosas similares. Obviamente eran de las personas que no conocían un carajo la historia de esta mítica banda, el legado de grandes discos que traían ya en sus hombros. Bueno, esta gente era la que empezaba a sumar dentro de sus fans, llegando a ellos mediante este disco y luego quedando asombrados al conocer la historia de la banda y maravillados al escuchar sus discos antiguos.

Por otro lado también veía como los fans antiguos y asérrimos odiaban este discos, acusándolos de venderse al sistema, de comercializarse, de traicionarse a ellos mismos y muchas frases más que apuntan a eso, a ya no ser una banda “thrash”. Si uno supiera en esa fecha lo que vendría después, uff... Pero bueno, lo primero es comprender a estos fanáticos, pero que no comparto esa opinión. Y obvio, porque muchos que hablaban solo peste del disco, se coreaban todas las canciones cuando Metallica arribó al país el año 1993. La consecuencia es algo que siemrpe debe estar en un fan, pero bueno, eso ya es harina de otro costal y no hay que desgastarse creo por ahora en hablar de ese tipo de gente tan patética.

Bueno, esta demás detallar el disco, el cual creo todos han escuchado, por lo menos las personas que siguen este género de música. Quien no lo haya escuchado, sin duda conocerá todos los singles que fueron éxitos como “Enter Sandman”, “Sad But True”, “The Unforgiven”, Wherever I May Roam” y “Nothing Else Matters”. Lo primero es recordar que no había conocido un disco que sacar tantos singles y que todos fueran éxistos, que todos quedaran en la memora de las personas. Lo otro es destacar el proceso compositivo que tuvo la banda y más específicamente la mente de James Hetfield, que digamos las cosas como son, es LA mente y el motor de Metallica y siempre lo ha sido. Esto se lo sumamos a la buena idea de la banda que tuvo en ese momento al contratar para trabajar en el disco al gran productor Bob Rock. Si bien Bob es un productor que se caracterizaba por trabajar con bandas comerciales de Rock como Bon Jovi o Mötley Crüe, fue ese trabajo el que escuchó Metallica para fijarse en él, sobre todo el sonido que el productor le sacó a Mötley Crüe en el disco “Dr. Feelgood”. El productor les dijo que el notaba como en sus discos anteriores no se palpaba el poder que la banda tenía en vivo y que él lo lograría en este disco. Y lo hizo.

Si bien Bob Rock siguió trabajando con la banda durante varios años más, fue en este disco donde logró un sonido único e inmortal, fresco y que no pierde fuerza alguna al pasar los años. Quien no se haya dado cuenta de eso simplemente no tiene oídos. Solo hayq ue poner el disco en el equipo, subir el volúmen y ver como el comienzo de Enter Sandman te vuela los sesos y asi sucesivamente hasta llegar a “The Struggle Within”. Simplemente el sonido suena tan nuevo que uno no lo puede creer, es como si el disco fuera nuevo, sacado este mismo año... y ya han pasado veinte. Cada instrumento sonando limpio y potente, solos de guitarra muy inspirados, una batería potentísima y marcando los tiempos de forma única (todos sabenos que Ulrich no es un maestro, pero acá hizo un trabajo simple pero muy efectivo) y un bajo de la mano de Jason Newsted que sonó impecable, quizás remediando la mariconada que le hizo la banda al eliminar su sonido en el disco anterior “...And Justice For All”.

Como opinión personal Metallica nunca pudo lograr lo que hizo con este disco homónimo, los discos que vinieron más adelante no lo superaron ni en su composicion ni en su sonido y eso tiene sus pros y sus contras. Un pro es tener un disco único bajo el brazo y con el cual se pueden ganar la vida recibiendo sus ganancias por muchos años, cosa linda de disfrutar de vivir de lo que haz hecho y para que decir de que se le recuerde a la banda por lograr un disco a estas alturas ya “clásico”. Cosa mala es que después no pudieron superar ese boom y eso va pesando con el tiempo, donde la frase “el tiempo no pasa en vano” cobra toda su fuerza.

Metallica tuvo en el año 1991 la llave de la iluminación y la usaron sin duda en el “Black Album”, un disco que abrio miles de puertas no solo a la banda, sino a todo un género. Y a quienes siguen hablando mal de este disco, simplemente decirles que abran un poco la mente y degusten este disco, que es un gran alimento para el hambre musical, una producción inagotable, incansable y perdurable en el tiempo, simplemente un clásico.